Mis aprendizajes y el Asperger
Este artículo fue escrito originalmente en 2013 y, después de reflexionar sobre mi experiencia, he decidido republicarlo en mi blog actual.
Rosie King: Cómo el autismo me liberó para ser yo misma
Me gustaría compartir este video de Rosie King en TEDMED 2014, donde habla sobre el miedo a la diversidad que muchas personas “normales” tienen y lo que ha significado para ella el autismo y el Asperger.
Su testimonio resuena conmigo porque aborda algo fundamental: la lucha entre tratar de encajar en un mundo que a menudo no comprende la diversidad y aceptar nuestra propia forma de ser. Su historia me hizo reflexionar sobre mi propio camino y los aprendizajes que he obtenido desde que comprendí que tengo Asperger.
Comprender el Asperger: un alivio y un desafío
Descubrir por qué soy como soy fue, en un principio, un alivio. Finalmente, tenía una explicación para muchas de mis experiencias y dificultades. Pero tras esa primera sensación, llegaron muchas preguntas: ¿Cómo debo actuar ante esto? ¿Debo seguir intentando encajar en un mundo donde los “normales” son la mayoría y los demás son vistos como raros, locos o inadaptados? ¿O debería simplemente aceptar mi naturaleza sin intentar aparentar algo distinto?
Voy a terapia, y por primera vez estoy tratando de no subestimar las capacidades de mi psicóloga, algo que solía hacer antes. Pero si el Asperger no es una enfermedad, ¿cuál es entonces el propósito de la terapia? Mi cerebro funciona de una manera distinta a la de los “normales” y no creo que cambie. Sin embargo, hasta ahora, la terapia me ha ayudado a enfrentarme a los demás de manera más efectiva, entendiendo sus formas de actuar con más rapidez.
Siempre he confiado en el método científico, y en este contexto, me ha servido para analizar mis interacciones y aprender de la experiencia de otros. Saber sobre el Asperger me llevó a investigar sobre otras personas en situaciones similares, validando algunas de mis propias hipótesis y replanteando otras con base en nuevos hallazgos.
Aprender a ser social: un proceso continuo
Siempre he utilizado el método científico de manera vivencial y a través del estudio de la experiencia ajena. Hoy entiendo que muchas personas “normales” no hacen lo mismo.
Las interacciones sociales nunca han sido algo innato para mí. He tenido que aprender, con ensayo y error, los aspectos que hacen al ser humano un ser social. Algunas cosas las descubrí hace mucho, otras apenas hace unos años. Por ejemplo, “mirar a los ojos”. Para lograrlo, fijo la vista en los labios de la otra persona. Algunos prefieren mirar la punta de la nariz o alguna otra parte del rostro.
El saludo también ha sido un proceso de constante evaluación. La manera en que doy la mano ha cambiado con los años, resultado de estudios y experiencias buscando la mejor forma de hacerlo y entendiendo el porqué de cada gesto. Lo mismo ocurre con los abrazos. Aunque es una forma cercana de saludo entre amigos y familiares, sigo sintiendo incomodidad al abrazar a mis seres queridos en ocasiones como el Año Nuevo. Quizás porque sé que esperan algo más de ese gesto simbólico.
Un aprendizaje basado en la experiencia
He aprendido muchas cosas a base de prueba y error. Cada hipótesis que he puesto en práctica me ha dado resultados, algunos exitosos, otros que me han llevado a replantear nuevas ideas. Pero al final, todo ha sido parte de mi proceso para entender mejor mi manera de interactuar con el mundo.
Cada día es una oportunidad para seguir aprendiendo.
Me encantaría conocer tus pensamientos sobre este tema. Si tienes experiencias similares o reflexiones sobre cómo el Asperger u otras formas de neurodiversidad han influido en tu vida, ¡deja un comentario abajo! La diversidad de perspectivas enriquece la conversación y todos podemos aprender unos de otros.